Sol... todo lo que necesita saber
El sol tiene una gran importancia para la salud del hombre. Dependiendo de las características de la persona y del tiempo de exposición a sus radiaciones, va a producir sobre el organismo una serie de repercusiones que pueden ser positivas o negativas.
Como aspecto positivo destaca el papel que desempeña el sol en la prevención de ciertas falta o disminución de vitaminas. Concretamente, las radiaciones solares favorecen la producción de vitamina D, necesaria para metabolizar el calcio y evitar el raquitismo (enfermedad caracterizada por la deformación de los huesos, que afecta fundamentalmente a los niños).
Como aspectos negativos, en la piel, la exposición solar inadecuada produce trastornos que pueden manifestarse a corto o a largo plazo, entre los que sobresalen:
Quemaduras Solares, caracterizadas según su enrojecimiento de la piel, inflamación, e incluso por la formación de vesículas o ampollas.
Bronceado, producido por la acción de las radiaciones solares sobre el pigmento que da color a la piel.
Hiperqueratosis, o engrosamiento de la piel.
Fotoenvejecimiento, o envejecimiento de la piel por la acción del sol. Se caracteriza por una piel áspera, sin elasticidad, líneas de las arrugas gruesas (surcos), manchas e incluso pequeños derrames capilares (vasos sanguíneos extremadamente finos que recorren la piel).
Alteraciones de la pigmentaciòn, sobre todo tipo hipercromías (aumento de la pigmentación), entre las que se encuentran las pecas (frecuentes en las personas pelirrojas), los lunares (también denominados nevus), y los melasmas (manchas oscuras de bordes poco definidos, de aparición frecuente durante el embarazo).
Cáncer de piel, relacionado con la exposición al sol en el 90% de los casos. Hoy día se sabe que, el número, frecuencia e intensidad de las exposiciones solares durante la infancia y adolescencia, es proporcional al riesgo de aparición de cáncer de piel.
Como aspecto positivo destaca el papel que desempeña el sol en la prevención de ciertas falta o disminución de vitaminas. Concretamente, las radiaciones solares favorecen la producción de vitamina D, necesaria para metabolizar el calcio y evitar el raquitismo (enfermedad caracterizada por la deformación de los huesos, que afecta fundamentalmente a los niños).
Como aspectos negativos, en la piel, la exposición solar inadecuada produce trastornos que pueden manifestarse a corto o a largo plazo, entre los que sobresalen:
Quemaduras Solares, caracterizadas según su enrojecimiento de la piel, inflamación, e incluso por la formación de vesículas o ampollas.
Bronceado, producido por la acción de las radiaciones solares sobre el pigmento que da color a la piel.
Hiperqueratosis, o engrosamiento de la piel.
Fotoenvejecimiento, o envejecimiento de la piel por la acción del sol. Se caracteriza por una piel áspera, sin elasticidad, líneas de las arrugas gruesas (surcos), manchas e incluso pequeños derrames capilares (vasos sanguíneos extremadamente finos que recorren la piel).
Alteraciones de la pigmentaciòn, sobre todo tipo hipercromías (aumento de la pigmentación), entre las que se encuentran las pecas (frecuentes en las personas pelirrojas), los lunares (también denominados nevus), y los melasmas (manchas oscuras de bordes poco definidos, de aparición frecuente durante el embarazo).
Cáncer de piel, relacionado con la exposición al sol en el 90% de los casos. Hoy día se sabe que, el número, frecuencia e intensidad de las exposiciones solares durante la infancia y adolescencia, es proporcional al riesgo de aparición de cáncer de piel.
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